Recórrelas y te sorprenderán...

Patrimonio Cultural

El patrimonio cultural de Munera, resultado del asentamiento en su espacio de diferentes culturas, se ve reflejado en todo tipo de formas y manifestaciones.

La presencia humana queda documentada desde la prehistoria por la aparición de útiles realizados en piedra pulimentada. Ya de la Edad del bronce son los yacimientos de la Morra del Quintanar y Villa Pato, los más conocidos entre los más de veinte localizados, sobre todo en la mitad sur, casi siempre junto a cursos de agua.

Del periodo romano han aparecido restos de una calzada que atravesaba su territorio. Algo más tarde, los visigodos dejaron constancia de su paso a través de algunos objetos hoy desaparecidos, y muy recientemente, localizados gracias a los movimientos de tierras para la construcción de la nueva variante, cimentaciones e infraestructuras de cierta relevancia. De los árabes se han recuperado monedas, y a ellos parece deberse el origen del castillo, que sería renovado tras la reconquista, para ser destruido casi por completo en el s. XV reinando Isabel La Católica, hasta su reconstrucción actual.

De este mismo siglo es la Iglesia Mayor de San Sebastián. De nave única y cabecera con crucero, fue transformada y ampliada en el s. XVI, añadiéndole entre otros elementos bóvedas góticas de crucería. Entre sus muros se conservan en buen estado un interesante fresco sobre uno de sus arcos y un relieve del s. XVI tallado en madera atribuido a Martínez Montañés.

Otros edificios religiosos de interés son las Ermitas de Nuestra Sra. de La Fuente, barroca del s. XVIII, y la de San Telmo, excavada en la roca en 1800 y considerada la más pequeña de España.

De carácter civil son algunas casas solariegas del casco urbano y de los alrededores, y varios molinos de agua, un batán, y una molineta de viento, hoy considerados como vestigios de arqueología industrial.

Con técnicas propias de la arquitectura popular (tapial, mampostería…, esta última muy característica por el uso de piedras en forma de losetas), todo el municipio está salpicado de construcciones que van desde pequeños caseríos –denominados casas, cuartos o aldeas, según su tipología y uso- a otras más modestas como palomares, bombos, aljibes, pozos, hornos…

Muchos de estos elementos reflejan el vínculo de sus gentes al campo, en el que en tiempos pasados habitaba, llevando a cabo una actividad fundamentalmente agrícola y ganadera. De esta última destaca la trashumancia, que antiguamente se desarrollaba a través de la Cañada Real “de los Serranos” que atraviesa el término.

Buen ejemplo de patrimonio inmaterial lo constituyen la vinculación de la localidad con la obra Cervantina, por el famoso episodio de las Bodas de Camacho, y el amplio repertorio de tradiciones, fiestas populares, leyendas, gastronomía, etc., que afortunadamente ha llegado casi íntegramente hasta nuestros días.

Rutas de Munera, 2010 © - Diseño: www.lorion.es - Todos los derechos reservados